Ayer murió Mink (Willy) DeVille. Estoy con Sabino Méndez cuando afirma que De Ville, con todo su horterismo neworleans y castellano tórrido y sudaca a cuestas, nos enseñó, entre otros vicios inconfesables de alta graduación, a ser rockeros chulapones de extrarradio barcelonés, cabeza alta y hostia rápida (también es cierto que recuperando el inmenso Spanish Stroll, y pese a mi oído musical atrofiado, diría que la rueda de acordes sirvió para patentar "El ritmo del garaje"). Con maese Méndez, además, antepongo las cenizas puro rocanrol de DeVille al espectáculo cuarenta principales, campnou y pepsicola de Springsteen. Grito y bíceps. Ese al que los niños bien llaman el “Jefe” no tiene ni puta idea de lo que es ser un rocker. Sin embargo, y tal vez por carambola, escribió la canción del rocker. Una poesía que yo casi mataría por haberla podido firmar. Creo que se titula Bobby Jean. Disfrútenla, porque es impresionante:
Maybe you'll be out there on that road
Somewhere in some bus or train
Traveling along in some motel room
There'll be a radio playing and you'll hear me sing this song
Well, if you do, you'll know I'm thinking of you
And all the miles in between
And I'm just calling you one last time
Not to change your mind, but just to say I miss you, baby
Good luck, goodbye, Bobby Jean