Me comenta Juanjo que ayer noche Albert Pla trabajó en Avilés. Recuerdo aquella versión (bajo la luz de la luna, uoh, uoh) a partir de unos versos de Fonollosa. Alguna vez, aunque pueda parecer increíble, la poesía, a la manera de un bolero procaz y ansioso de tus sales vaginales y tus heces, reconoce desvergonzada y valiente la verdad:
"Devoro el maquillaje de tu rostro y el compacto de tus polvos y el colorete. Devoro ese negro rímmel en tus pestañas y el sombreado de tus párpados y tu crema fasial. Y es que en ti, y es que en ti todo me sabe a pan angelical.Y arribo a la pintura de tus labios, que consumo con gusto, y te arrebato desenas de microbios delisiosos que tu lengua transporta hasta la mía. Y desde tus arroyos de saliva mi beso se deslisa por tu cuerpo, sorbiendo las bacterias que pululan sobre tu body creeeeam.Y luego también está el tembloroso rosío de tus gotas de sudor.Y por fin dejas libres e insitantes las sendas que condusen a tus sales vaginales o a tus heses, pues esas son sí: las máximas ofrendas que me ofreses. Y yo me pregunto. Y yo me pregunto. Y yo me pregunto. ¡Y yo me pregunto!: "¿tú quién eres?" Mas no investigo. Es esa tú que tú me muestras la que deseo al ir contigo. Es esa tú que tú me muestras la que deseo al ir contigo. ¡Es esa tú que tú me muestras la que deseo al ir contigo!"
Y te añoro desde que eres isleña. "Se me olvidaba desir, se me olvida desir, se me olvidaba desir lo que te vine a pedir: si quieres bailar conmigo esa cansión tan bonita; aún no existe todavía, pero es mi cansión preferida..."