A veces debo sentar en el diván a mi psicoanalista antifreudiano y profundamente freudiano, que me ha salido un poco tímido y baila entre baldosas. En vez de quemarse en árido asfalto de Badalona y naves industriales de Poble Nou. A los amantes de las novelas nos gusta despistar y engañar a los fácticos de camisa de fuerza y pastillas para ellos. Nos encanta reírnos de los loqueros. Desde los tiempos de Quijan@.
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Y en esa edad en que un judío crucificado escupió el silencio del padre y un macedonio no alcanzó a ver derrumbado su imperio, me pregunto todavía cúal es el mejor rock'n'roll de los cinco imprescindibles:
EL
The Killer
El conmovedor paso de la oca
La mejor banda de rock'n'roll convertida en un puta factoría de vender camisetas
LA CANCIÓN del extrarradio. El estruendo de nuestra adolescencia airada y pus de acné. El rift ronco que acompañó el luto de cuero intelectual (que dure desgastado) de los dieciséis. Gracias a esta pieza desaliñada de punk, con convicción escupimos (ayer, hoy y mañana) por el colmillo a la cara de los sonrisitas de diestra y siniestra.
Y tal vez deba apelar al bonus track, pues tiene razón:
El Rock'n'Roll sólo es una manera/ a versos contados/ de invitarte a la noche