Extrarradiografías

      
Sólo conozco el mundo cuando escribo.       
Joseph Roth       

Mucha, mucha policía

19 de marzo de 2009

Las cargas policiales tienen estas cosas. Si estás cuando se producen puedes llevarte un buen palo. No seré yo quien defienda la labor de los últimos años de los Mossos d’Esquadra. Tampoco diré que sea un cuerpo intrínsecamente corrupto. Más bien me parece un cuerpo excesivamente politizado y con una concepción de la profesionalidad que no puede más que engrosas sus filas de ineptos con nivel C de catalán y cinturón negro de cualquier mamarrachada oriental. Dos cualificaciones que no requiere un buen policía.

Y un buen político (o su gabinete de prensa) debería leer más (novela negra). Le presto a Saura el discurso del comisario Hardy por si alguna vez decide ponerse digno:

No niego que exista corrupción en el Departamento de Policía. Desgraciadamente la hay, y mucha, más de la que yo puedo reprimir y castigar en pocos meses. Entre los hombres que componen las fuerzas de policía hay también individuos honrados, de alta y baja graduación, que no merecen sus críticas despiadadas. Según ustedes, todo ser humano que viste un uniforme de policía es una criatura pestilente que emana un gran hedor para su olfato, para su delicado olfato de hombres de ideas elevadas, irreprochables, de hombres de la prensa íntegramente honrados (…)
Ustedes, representantes de la prensa, critican al Departamento de Policía como si sólo él, en un mundo lleno de pureza, sufriera el mal de la corrupción. Todas las instituciones humanas son falibles, y también el periodismo lo es, aunque ustedes, sus paladines, se resistan a admitirlo. Todos los ataques y cruzadas de esta clase se parecen, desde el punto de vista que les hablo: son puntos de comparación


La jungla de asfalto, W.R. Burnett

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