Verdaderamente airados

Detrás de la fábrica Anis del Mono y junto a la estación de Renfe Cercanías, cuyo tren nos moríamos por coger, la cancha de la caduca OJE (feo paisaje ideal para el video-clip melancólico). Las mañanas de sábado nos dejábamos las costillas parando balones en su pavimento impávido (¡oh!). Han pasado los años y de aquello sólo queda el recuerdo helado entre alambre de espinos. Tanto los (h)unos como los otros se sorprenden con sonrisa redicha e interrogantes pulidos de la lealtad sentimental. Diametralmente opuestos y tan parecidos ideológicamente. Soy del Barça porque se puede cambiar de casa, de mujer, de partido político, pero nunca de equipo. Y porque mis sueños, a diferencia de los torpes, de los imposibilitados para la emoción estética, sobrevuelan altiplanos y el duro suelo que conozco demasiado bien. Queda el mullido césped ambicionado y un clamor viril y valiente de victoria. Los que no tenemos donde, los que siempre hablamos solos...
El extrarradio metropolitano. Cancha de la OJE. Badalona.