Extrarradiografías

      
Sólo conozco el mundo cuando escribo.       
Joseph Roth       

Cherchez la femme V

13 de septiembre de 2008









De Català-Roca a Miserachs hay el trecho de una década. La particularidad del grupo de oficinistas –déjenme interpretar- que cruza la Gran Vía madrileña camino del guateque, el baile pedido, carabina y el achuchón furtivo en la lenta final conforma la sinécdoque de unos usos y costumbres nacionales. Aquellos años de Una Grande y Libre, Metro Goldwyn Mayer, lo toma o lo deja, gomas y lavajes, Quintero, León y Quiroga, panallets i panallons, Basora, Sésar, Kubala, More-e-e-e-no, Manch-o-o-ón, que tan bien atrapó Joan Manuel Serrat en crónica rimada a ripios (como nos tiene acostumbrados el artista). Fills d’un temps, fills d’un país orfe. Cristalino. En los cincuentas, la ciudad querida aún finge orgasmos explosivos debajo de los panzudos y sudosos capitostes locales de camiseta imperio en la casita blanca. Soporíferas tardes de domingo. Queda el fútbol, consuelo de tontos. La ciudad revienta de sotanas pardas y moteadas de esperma coagulada. El Congreso Eucarístico de 1952 más que una concesión a la ciudad rojilla es otra de las purgas inflingidas por sus pecados pasados, aunque aliente esperanzas entre los cristianodemócratas. Los cincuentas marcan una mínima apertura interesada por parte del Régimen. Muy mínima y no siempre real, pues la revancha y el crimen de estado se mantienen inmutables. El interés del Régimen se centra en los dólares yanquis y las divisas alemanas. Vente p’Alemania, Pepe. Desde la endogamia y corrupción de la economía dirigida nace lo que se conocerá como desarrolismo.

Barcelona será una de las ciudades más beneficiadas del desarrollismo. Hábil para los negocios, siempre y cuando se produzca un proteccionismo estatal que la resguarde de competencias feroces que la abruman, emprendedora si el viento es favorable y bregada en un mercantilismo de distancias cortas, sin exceso de riesgos y realista, la ciudad querida pasa a convertirse en la ciudad deseada.

Los sesentas. La fotografía de Teresa Gimpera, obra de Xavier Miserachs, me parece una buena metonimia de la ciudad deseada. Una fotografía que abre las puertas de la nuit en Bocaccio, local que aglutina la flor y nata de “los señoritos con mala conciencia”, como alguien dijo alguna vez (¡qué mala leche gastamos en provincias!) de esos retoños rebeldes de la burguesía colaboracionista. El cronista Joan de Sagarra, más fino, afrancesado y poco o nada marxista, no escatimará por ello la mala leche, aunque sea con cariño, al rumbear el marchamo de la gauche divine. Jóvenes apuestos (casi todos eran muy guapos, los joíos, como sólo puede serlo la burguesía sobradamente alimentada en épocas de carestía general) que apostaron por combinar el hedonismo y la sensualidad con la jerga adusta de la Escuela de Frankfurt y los peñazos de arte y ensayo underground. Vázquez Montalbán radiografió el lugar y sus gentes. La ciudad deseada hable con su voz.

BOCACCIO BOÎTE
Se ha vestido
De vagón lujoso el mundo
-los camareros
Prometen la inminente
Llegada del zar-
En los entrantes
Se juega a algo extraño
Que no domina
Tampoco regala
Victorias ni zozobras

Las luces
Sus bofetadas si prometen

Sus bofetadas si mienten
Una voluntad

Pero los arquitectos y las mises
Se han disfrazado de arcángeles oscuros
Los fotógrafos de moda naufragan
En espaldas femeninas desnudas
Que no acaban
Los estudiantes
De ciencias económicas se embrutecen
Con cocktails prohibitivos
(su espíritu crítico
Finge una parálisis facial)
Todo eso y el soul
Quizá sea un soul perpetuo
Bailar
La imitación del no saber
Qué hacer
Los arcángeles ingleses
Gritan para disimular su inglés
Caediza la noche se aparecen
Noctámbulas parejas armiñadas
Fugitivas
Del terror de un tapiz de Montecarlo
Ya
Plenamente europeos no hay bromas
Marxistas ni contactos furtivos
En cambio
Con lógica interna Jaime Gil de Biedma
Sonríe y hace honores a alguien
Que nunca vendrá a Bocaccio Boîte
Que desconoce su viaje
Su estrella
De vagón fantasma entre el más aquí
Y el más allá

Pero estas suecas
Existen y esa antillana y esa pubilla
Vallesana que no sabe inglés
Y piensa
Com el Vallès no hi ha res.


This blog is wearing Sederhana, a free XML Blogger Template adopted from Oh My Grid - WP theme by Thomas Arie
Converted to Blogger by Gre [Template-Godown]