Zeroville (Pálido Fuego), de Steve Erickson, es una de esas
benditas novelas que saben transmitir toda su pasión. En este caso el cine.
Ambientada en los años en los que los bárbaros –Coppola, Scorsese, De Palma,
Milius y cia- tomaron Roma/Hollywood, puede leerse como el revés ficcional y
lisérgico del canónico ensayo de Peter Biskind Moteros tranquilos, toros salvajes (Anagrama). Hay una escena en
que Vikar, el atrabiliario prota, sale
de ver Casablanca con su ahijada Zazi.
El análisis que ella hace del film me parece realmente lúcido y perspicaz:
“-Él dice, “Algún día lo
comprenderás”. Al final, cuando Bogart le está contando a ella por qué no puede
quedarse con él y él le larga ese discurso sobre que sus problemas importan un
pimiento y tienen que hacer lo correcto y el lugar de ella está con su marido
porque éste está luchando contra los nazis y eso es importante, y entonces
dice, “Algún día lo comprenderás”… y eso fue tela de desesperante, si quieres
saber la verdad. Porque si quieres saber la verdad, ella es la que ha tenido
las cosas claras en todo momento. Por eso le abandonó, por eso se ha pasado la
película entera intentando explicárselo, intentando que él lo entendiese, ¿y ahora él se lo dice a ella? Menuda gilipollez, suena, ¿cuál es la palabra?, mojigato, y
Bogart parece un montón de cosas, el tío tiene un montón de cosas, el tío se
tiene mogollón de lástima a sí mismo y está amargado… pero ¿mojigato? Eso no le
pega nada. Él no da la impresión de alguien que aguante esa clase de
gilipolleces. Por eso sencillamente no me creo que él habría dicho eso. Él
habría dicho, “Por fin lo comprendo yo”.
O algo parecido.
-Es una frase-dice Vikar.
-Pero es una frase importante. En
un sentido, la película entera depende de esa frase.”
Erickson sabe de lo que escribe.
Mucho. El actor James Franco acaba de realizar la versión cinematográfica del
libro. Veremos.