Cuando le digo a J.J. que me parece bien el cabreo acampado en Sol –más allá de los eslóganes de laboratorio publicitario-, me responde con una carcajada seguida de un “Bernales, no te hagas el izquierdista sensato que todos sabemos lo que piensas de los perroflautas indignantes. Que tú todo lo más revolucionario que has hecho es cantar Si yo tuviera una escoba...” No sé si habla como amigo o como psiquiatra. En cualquier caso, me ha clavao el muy sinvergüenza. Y es significativo que un petite bourgeoisie cualquiera vea con simpatía la indignación.
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No sé quiénes son más aburridos, si los provocadores –en terminología de Joan de Sagarra, “los iconoplastas”- o los puritanos del día después con todas las vestiduras rasgadas. Verbigracia, Lars Von Trier y su antisemitismo de psicofármacos.
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La impertinencia, más que medida, debe ser comedida. Como todo en la vida, por lo demás, a excepción del adulterio.
