Una familia de cine

Tengo graves problemas con la realidad de los papeles. A menudo, y a diferencia de lo que me ocurre con las enormes ficciones, no consigo adecuarla a mi percepción sensorial ni a las vísceras inquietas. La desazón es enorme, pues, sin pretenderlo, uno se ve abocado a la clandestinidad de los atónitos. Sin ir más lejos, y echando mano de la agenda del día, leo alborozo generalizado con la entrega de los premios Goya. Parece ser que la gala estuvo estupendísima, que fue de un divertido rayano en el me meo, oyes, y que el buen rollo y el abrazo brillaron por su presencia. Muy informativo. Nada que ver, no obstante, con el espectáculo que yo vi por televisión.

Es cierto que volvió Pedro -las nieves del tiempo platearon su sien- en una reconciliación con la "familia", esa familia del cine tan manoseada durante toda la velada y que tiene su punto de santo y seña, de endogamia y de capilla iniciática. Sin embargo, la reconciliación del manchego universal con la Academia atufó a cambalache colegui y a hábil, bien es cierto, estrategia de marketing de Álex de la Iglesia, quien, además, salió por humildades buenistas en su discurso presidencial. Por lo demás, encontré al aplaudidísimo por los chicos de la prensa Andreu Buenafuente apocado y falto de sus habituales reflejos, por dejar a un lado el desfile de las ministras (en esta ocasión Pajín se abstuvo de levantar el puño ante los flashes) con esos trajes que desentrañan sesudos analistas de la estética sin ética.

En cuanto a los premios coincido sólo en el aplauso a Luis Tosar, actor con talento y agallas, que cuadra y humaniza la carne de presidio que es Malamadre. No comparto, en cualquier caso, el entusiasmo por Celda 211,un film que puede estar un pelín nomás por encima de la media mediocre del cine español pero con trazos de guión, situaciones y diálogos que despiertan la vergüenza ajena. Puede, todo es posible, que se deba a mi torpeza por suspender la incredulidad frente a buena parte del cine patrio oficial.

En fin, sólo quedaría ciscarme en la reunión de Zapatero con "los de la ceja", "los titiriteros" y "pancartistas". Pero espero que no me confundan.

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