Carlos Manuel se retrepa en el asiento y acaricia el volante listo para enmendarle la plana a los tópicos que alertan de la temeridad viaria de los portugueses. Y en especial de los taxistas. El retrovisor recorta las gafas de cristales ahumados coronadas por unas cejas selváticas e hirsutas. Se disculpa primero por su mal inglés (a la imponente rubia de ojos azules) y luego me pregunta que si de Italia. En fin, peor es que le tomen a uno por español. Solucionados los malentendidos territoriales, Carlos Manuel se esfuerza en masticar con lentitud las palabras, que es básicamente la manera portuguesa de hablar español. Lisboa se ha acicalado en los últimos años aunque para Carlos Manuel no haya sido suficiente. “Miren la desidia de la Plaza España”, indica con sufrimiento. Si uno llega de Barcelona, sólo percibe cuatro papeles por el suelo. Nada especial. El orgullo portugués, en todo caso, son sus viaductos y puentes. El portugués tiene fama merecida de buen navegante en la mar y de ingeniero capaz en tierra. El puente del 25 de abril (cómo no recordar el cinematográfico puente de San Francisco) ofrece una panorámica costera impresionante. Queda claro que la fecha remite a la revolución de los claveles, que terminó con la dictadura de Salazar. Las pinceladas de historia de Carlos Manuel tienen la solvencia precisa y desapasionada de las guías de viajes, que responden bien a las exigencias de un público con mucho monumento ante la vista y cronómetro en mano. (H)ojeoamos una de estas guías, y es entrañable reseguir la retahíla de lugares comunes y adjetivaciones usuales de una redacción escrita a peso. El redactor anónimo, sin embargo, después de levantar el rostro cetrino a la calle lejana, tuvo su momento de arrojo y no pudo menos que calificar de “estética levemente fascista” el montón de cemento del V Centenario. Con un par, mon frère. Los suaves bocinazos de Carlos Manuel acompañados de lamentos maldicientes, preceden el final de la carrera en los Jerónimos. “Sí, sí, Portugal es muy bonita, pero su clase política es un desastre”. La internacional taxista.
Cascais, 11 de abril de 2009