Extrarradiografías

      
Sólo conozco el mundo cuando escribo.       
Joseph Roth       

Monolingües y anarquistas

19 de junio de 2011

Alicia Sánchez Camacho, en condición de madre coraje y líder del Partido Popular catalán, pide educación bilingüe para su hijo Manuel. Se suma, pues, a la iniciativa del extravagante Francisco Caja y su grupúsculo de ancha es Castilla. En Barcelona y aledaños, si no eres hijo de Marta Ferrusola, el bilingüismo más que suponerse se demuestra. La calle educa básicamente en un castellano salpicado de catalanadas. Siempre he creído en la lógica de una enseñanza pública en catalán, puesto que se trata de la lengua propia de los catalanes. Asimismo, y teniendo en cuenta la pertenencia a la nación española de Cataluña, no debería descuidarse el aprendizaje del castellano en las aulas. Creo que, más o menos, está es la realidad del momento presente. Y mi colección completa de "El capitán Trueno" (maravilla debida al escritor catalán y psuquero Víctor Mora y principalmente al inmenso dibujante valenciano Ambrós) así lo atestigua.
Cuando hablan de la depauperación del castellano entre los escolares de Cataluña (no sólo desde cierto neoliberalismo analógicamente digital), recupero jocoso todos y cada uno de los correos que recibo a diario allende el Ebro. La absoluta arbitrariedad en la colocación de los tildes castellana, los laísmos de Chamartín, la falta de rigor sintáctico desde Galicia, los problemones silbantes de los andaluces en la ortografía, etc. Concluyo, entonces, que el empobrecimiento es generalizado. Es puro cabrero español.
Tal y como está el patio y por mor de la competitividad, espero que algún político (seguro que no será ni Albert Rivera ni mucho menos Rosa Díez) exija una enseñanza monolingüe. Una enseñanza básicamente en inglés.

***

Documental notable sobre Jesús Monzón que programó TV3 esta semana. A Monzón se le debe la planificación y ejecución de un intento de invasión de la España franquista por los Pirineos catalanes. Un desbarre que tenía como objetivo llamar la atención de las democracias vecinas. Fíate tú de un gabacho y de un british. La cosa salió peor y Monzón fue acusado de trotskista, depravado y maricón por Carillo (que rehusó participar en dicho documental) y sus secuaces. Tras mucho penal y penalidades, Monzón acabó de profesor de marketing y dirección de empresas en la IBEE (Instituto Balear de Estudios Empresariales). Uno de sus colaboradores más queridos fue...¡Joaquim Molins! Cuenta Molins que Monzón (con ese cinismo enteramente leninista) explicaba que el marxismo era como el marketing: pura dialéctica. También es significativa la anécdota típica de una chica recriminándole a Monzón que se pusiera hasta las cejas de angulas. "Para mí el comunismo es que todo el mundo pueda comer angulas", replicó el jarto de serpientes de agua Monzón.

Documental notable, ya digo. Y yo cada día más anarquista (de derechas, of course).

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