El meu El País és tan petit... Y cada mañana mi compadre me pregunta por qué lo escojo entre todo el fajo de papeles entintado y legañoso. También me lo pregunto yo, pero en días como hoy encuentro la respuesta. ¿Socialdemócrata? No creo, aunque así llamaban a los que se les escapaba la risa ante el circunspecto y atronador polit-buró. Pues tal vez.
"Dicen, y no puedo estar más de acuerdo, que fue una frivolidad dejar asunto tan sensible en manos de una ministra, Aído, sin experiencia política, y yo añadiría vital. Para ciertos asuntos no hay políticas juvenilistas que valgan. Una mujer cargada de razones políticas y de vida a sus espaldas no hubiera comparado el aborto con ponerse tetas ni hubiera entrado a discernir lo que es un ser humano, cuestión a la que se enfrentan científicos y filósofos sin haber dado con la respuesta única (....) De cualquier manera, aun haciendo un paquete con todas las torpezas zapaterianas, el Partido Popular debería dar respuesta a un sinfín de incongruencias: ¿por qué un ex presidente sale a la calle en contra de un aborto que asumió mientras gobernaba?"
¿Qué haría?, Elvira Lindo
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Y Fuentes dando el coñazo. Casi siento necesidad de disculpar mi indiferencia ante el alborozo mediático y el frenesí plumilla de las redacciones, que si sí que si no. Pienso en José Echegaray, Jacinto Benavente, Hermann Hesse, Camilo José Cela o Yasser Arafat, pero no por eso caeré en lipotimia.
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Fui, y soy, de Hillary porque encaró aguerrida una reforma del sistema insalubre estadounidense que finalmente tumbó el Congreso. Porque no va de pacifista y porque además de los cuernos del marido tuvo que aguantar, por su ambición profesional, la sombra de la sospecha de la frigidez. Claro, el bueno de Bill necesitaba un buen repaso de bajos pues la estrecha de la mujer no s'amorrava al piló. De ahí que las niñas bien, sonsas y políticamente profilácticas prefieran a Obama, un producto del marketing líquido y muy hábil.
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Escribe un amigo y funcionario (¡de vacaciones!) desde California: