Por imperativos sanitarios y corrección en los hábitos, el periodista ha dejado de darle furiosamente a la tecla encadenando cigarrillos. Eso sí, Jack Daniels todavía patrocina secuencia. Vale, no lo hace mal Russell Crowe. Se ha engordado unos quilitos y despeina una melena desaliñada, ma non troppo. Al igual que sus camisas, que pese al pasotismo del personaje, siempre aparecen sin una mísera arruga. Envidia, la verdad. Por lo demás más de lo mismo y de siempre. Intrépido reportero contra el poder y la gloria. En este caso opacas empresas de mercenarios infiltradas en la seguridad nacional. Todo resulta ser lo que no pretende: increíble. La historia, los personajes, incluso la redacción retro del periódico. Y peor todavía: aburridísimo. Por mucho que diga Tom Hanks. Quise evitar una francesada a la caída de la última tarde semanal y me encontré con lo peor de lo peor, o sea una de acción que cierra párpados. ¡Y la pobre Helen Mirren de directora de periódico con una dicción digna de Sir Laurence Olivier! Una novedad, sin embargo. Acompaña al reportero justiciero una escudera blogger. En fin…